Se suicidaría antes de soportar otra vez lo mismo
Encarna era una modista que vivía en Madrid. Su marido era taxista. Este matrimonio dio cobijo en su casa a un par de monjas. Parece que alguien los delató. Nadie sabe qué fue de las religiosas pues Encarna nunca pudo hablar de lo que les sucedió como tampoco de las vejaciones y torturas que ella sufrió. Tan sólo aseguró que, de verse en las mismas circunstancias, se suicidaría antes de soportar otra vez lo mismo.
Isabel Luque
Lo hizo por humanidad Una reflexión